Filósofos, científicos, buscadores de todas las épocas, han intentado desvelarlo, de manera que se pudiera comprender parte de la verdad del hombre: ¿de dónde venimos?, ¿cómo surge la vida?, ¿cuál es nuestro origen?, ¿cómo surgió el lenguaje?
De entre todos los buscadores, encontramos el mundo propio de la Tradición. En él se manifiesta de forma natural toda la historia de la Humanidad y del Universo desde los tiempos prehistóricos, que se desarrolla en dos vertientes unidas e inseparables; el mundo de lo interno (las esencias), y el mundo de lo externo (la creación).
La Tradición, conducida en el tiempo por la sabiduría ancestral de Maestros y discípulos, se concreta por vez primera para la sociedad occidental en el siglo XIX, con Helena Petrovna Blavatsky, con sus inmortales obras Doctrina Secreta, e Isis Sin Velo. Éstas, tomadas como ficción por muchos científicos, ¿nos aportan algo sobre el origen del lenguaje? Y si es así, ¿las teorías existentes las afirman o las contradicen?
Esto es lo que con profundo respeto nos planteamos ver y comparar.
Teorías sobre el origen del lenguaje
Entre el gran número de teorías existentes, se pueden reducir a dos las más aceptadas.
Teoría de la onomatopeya
Según la cual, la lengua primitiva vendría a ser una expresión imitativa mediata o inmediata de las percepciones. Se establece como teoría más generalizada.
Teoría de las expresiones afectivas
Se podría llamar teoría interjeccional, por cuanto la lengua tendría su principio en las diversas exclamaciones que hubiera provocado en el hombre la contemplación del mundo.
La Teoría Onomatopéyica nos habla de un lenguaje surgido de la imitación de los diferentes sonidos de la Naturaleza. Sin embargo esta imitación por sí sola no nos resuelve el misterio de cómo llegaron a entenderse y comunicarse los hombres entre sí.
Blavatsky clarifica este problema con el concepto de la mente, y nos dice en su Doctrina Secreta: «El hombre, antes del desenvolvimiento de la mente, desarrolló al principio una clase de habla que sólo era un progreso sobre los diversos sonidos de la naturaleza».
En la Teoría de las Expresiones Afectivas, se nos dice que el lenguaje no surgió como imitación de los sonidos de la naturaleza, sino de las sensaciones interiores producidas por su contacto con el mundo (asombro, dolor, alegría...) cargado de exclamaciones emocionales.
Esta teoría no contradice a la onomatopéyica o imitativa, pues una y otra se complementan perfectamente. El hombre si imita es porque tiene sensaciones. Pero del mismo modo que la teoría anterior, no explica cómo de esa naturaleza animalesca con que se presenta al hombre pudo crearse una relación de ideas.
Blavatsky nos dice: «Hasta que el hombre no adquirió completamente la facultad razonadora, no existió el lenguaje propiamente dicho, sino una especie de conato del lenguaje».
La lingüística recoge plenamente este problema, pero en todas sus teorías no es capaz de explicar cómo se pasó del lenguaje imitativo de los sonidos al lenguaje con coherencia; cómo se pasó del lenguaje que no expresaba ideas, al lenguaje que sí las expresa, o más claramente: ¿en qué momento se adquirió esa facultad razonadora? Y aquí entramos en el siguiente problema: ¿cuándo adquirió el hombre la mente?
A pesar de este problema no resuelto para la ciencia, pero sí para la Tradición, la lingüística nos presenta un desarrollo de la formación del lenguaje desde su origen hasta nuestros días. Este desarrollo se presenta en tres grandes divisiones o grados del lenguaje, que son: Monosilábico, Aglutinante y de Flexión.
Es sorprendente que la Tradición, antes aún de toda teoría nos enseñe lo mismo. Vemos en Doctrina Secreta: «El habla, pues, se desarrolló según la Enseñanza Oculta, en el orden siguiente: Idioma monosilábico, Idioma Aglutinante e Idioma de Flexión...».
El lenguaje monosilábico, según la lingüística, es aquel que comenzó por el período llamado de «raíces» porque se componía de expresiones integrales e indivisibles, y estas expresiones estaban ya constituidas por elementos articulados o compuestos de vocales. Es curioso saber que el primer sonido considerado y que surge de los niños es la «a» para todas las razas humanas; después le sigue la «e», la «i», la «o» y la «u». Así estas primeras raíces monosilábicas fueron compuestas por una vocal, o como mucho por una vocal y una consonante.
A este respecto nos dice Blavatsky en Doctrina Secreta: «Los primeros hombres tenían el lenguaje del sonido, a saber: sonidos cantados, compuestos de vocales solamente». «Este idioma monosilábico fue el padre vocal, por decirlo así, de las lenguas monosilábicas mezcladas con consonantes duras. Este lenguaje monosilábico, es el de los primeros seres humanos, de raza amarilla. Este lenguaje todavía se usa entre las razas amarillas».
Esta afirmación la encontramos como idea general y aceptada en el lingüista Estanislao Sánchez, que dice: «Los idiomas más antiguos son los monosilábicos transgangéticos, porque se hallan al norte del río Ganges, entre las razas amarillas».
¿Cuál es la característica de este lenguaje monosilábico?
Como su nombre indica, es el conformado por una sola sílaba, o como mucho por la misma sílaba repetida, que surgió como imitación de los sonidos de la Naturaleza a la vez que de sensaciones.
Estos primeros hombres hablantes, aún no tenían la capacidad de dar sentido a estos conceptos puros o primeras raíces, y por ello no se puede hablar de un verdadero lenguaje. No había una fluidez entre la palabra y la idea, sino que cada una de estas raíces monosilábicas se manifestaban como entes independientes entre sí. La comunicación se basaba en el sonido pero no en su interpretación.
Estas primeras sílabas tenían un sentido principalmente emocional; la relación palabra-concepto no se guiaba por una unión ideal, sino pasional.
A este respecto nos dice J.J. Rousseau en su Origen del Lenguaje: «Las primeras voces tienen su origen en las pasiones». El estruendo del trueno, la caída del rayo, el aire huracanado, el sol, el cielo estrellado; provocaban tales impresiones en el alma de estos primeros hombres que surgieron al tiempo que los primeros sonidos o voces monosilábicas.
Sin embargo estas primeras raíces, aún siendo formadas por las emociones, ya encerraban en sí las primeras ideas debido al desarrollo paralelo de la capacidad razonadora. Así el trueno en su parte emocional provocaba miedo por su formidable poder. Esta emoción al imitar el sonido del trueno, Tron, se convierte en un Dios, y en la mitología escandinava se le llamó Thor, hijo del Cielo y de la Tierra. Thor encierra en sí una emoción y una idea, que es la de fortaleza o poder.
De este lenguaje monosilábico surgió el lenguaje de aglutinación, pero la lingüística no sabe cómo se desarrolló el uno del otro. Todos los lingüistas se encuentran perdidos en este punto, y se sabe que el lenguaje sin el pensamiento no es posible. El uno es el origen del otro.
Estasnislao Sánchez dice ante este problema: «Ante la imposibilidad de hallar el origen del lenguaje, ¿no habrán los hombres primitivos heredado una civilización, una Edad de Oro?». Refiriéndose a los daemon u hombres de oro de Platón.
J.J. Rousseau, intentando desvelar el origen del lenguaje, y tratando por todos los medios de negar su origen divino, tuvo que dar marcha atrás en varios puntos de su desarrollo por la imposibilidad de encontrar en el origen de la lengua un proceso estrictamente humano. Tanto es así, que llega a escribir en su ensayo: «En cuanto a mí, espantado por las dificultades que se multiplican y convencido de la imposibilidad, casi demostrada, de que las lenguas hayan podido nacer y establecerse por medios puramente humanos, dejo la discusión de este difícil problema a quien quiera».
Las escuelas idealistas del siglo XIX no tenían ninguna duda sobre que el origen del lenguaje surgió de un ser superior a nosotros, un ser divino. La Tradición nos dice sobre este punto: «Descendió de una de las regiones superiores el Gran Instructor, apiadado de los hombres tomando a los mejores de ellos para que enseñaran al resto de la Humanidad las ciencias y las artes. Estos primeros hombres, llamados Maestros Divinos; fueron quienes enseñaron el poder de los nombres y las palabras».
¿Podemos considerar descabellada esta idea tradicional ante, como dice J.J. Rousseau, «la imposibilidad casi demostrada de que el origen de la lengua tenga un proceso estrictamente humano?». ¿Y no coinciden estos Maestros Divinos, u hombres más evolucionados, con los Daemon de Platón u hombres de la Edad de Oro, que nos cita el lingüista Estanislao Sánchez?
¿Cómo se pasó del lenguaje monosilábico al de aglutinación?
Tras el lenguaje monosilábico, la lingüística, al igual que la Tradición, evoluciona hacia el lenguaje de las aglutinaciones. Su característica básica es el añadido a la raíz principal de otras sílabas o raíces que pasaron a ser sufijos o prefijos y que modifican la raíz central o idea primordial.
Este lenguaje de aglutinación es el que se desarrolló, según la lingüística, en los pueblos llamados turanianos, que son los que existieron en una gran extensión de Asia y Europa con una lengua común, antes de las migraciones semíticas y aryanas. Del Tigris al Indus poseían todo el territorio en que figuraron después los iranios.
Para la Tradición: «El lenguaje monosilábico pasó a poseer diferentes caracteres, que originaron distintas lenguas monosilábicas. Esta evolución de los caracteres surgió al tiempo que la evolución razonadora del ser humano. A su vez estos diferentes idiomas monosilábicos originaron diferentes idiomas aglutinantes».
Al tiempo que estos hombres alcanzaban su totalidad humana, el despertar de la conciencia al mundo de las ideas generaba la propiedad de interpretar y unir las palabras con sus ideas, y éstas entre sí.
Como dice el lingüista Steinthal, en referencia al origen del lenguaje: «El alma y el cuerpo dependiendo de su origen primero, despierta al tiempo que cada nueva intuición un sonido o acento».
Para la Tradición, el lenguaje aglutinante es el primer lenguaje real del ser humano tal cual somos. En este lenguaje aglutinante las raíces eran puras, sin existencia de derivados. Podía existir la idea pura o raíz «Thor», a la cual se le añadían otras raíces que modifican su idea primera sin perder por ello su esencia. Ejemplo de este lenguaje, y siguiendo la idea de la raíz Thor o trueno, que da idea de poder y fuerza, en el castellano desaparece la H al no pronunciarse y se convierte en Tor. Así nos encontramos con: Trac-Tor: vehículo que tracciona con gran fuerza o poder. Tor-Mento: dolor de gran intensidad o fuerza. A-Tor-Ar: objeto que se halla obstruido en medio de algo. (Es significativo ver como a su vez, Tor, en esta palabra, se haya en medio del prefijo y del sufijo, como si estuviera atorado).
En este lenguaje aglutinante, la raíz principal, Tor, fuerza o poder, se convierte en el alma, aquello que se aplica a un cuerpo para darle sentido. Así esta raíz es el alma de la palabra, y las raíces secundarias, (sufijos y prefijos), el cuerpo sobre el cual se aplica.
El lenguaje de flexión
Si es difícil explicar la evolución del idioma monosilábico al aglutinante, mucho mayor es la incógnita de cómo pasó éste al de flexión.
El lenguaje de flexión es un lenguaje altamente complejo. En él, no sólo la raíz es acompañada por sufijos y prefijos, sino que a su vez esta raíz fundamental sufre un cambio en la morfología, pareciendo que las diversas raíces son una sola palabra, resultando difícil luego hallarlas y por tanto descubrir su origen y procedencia.
En estas palabras el núcleo o raíz sigue correspondiendo al monosilábico primitivo, pero envuelto en otros elementos gramaticales. En este lenguaje flexivo ya aparecen los artículos, el género, los adjetivos, los participios, y todos los elementos del mundo gramatical tal cual los conocemos hoy. Dice Blavatsky sobre el paso de la lengua aglutinante a la de flexión: «Para la Tradición el lenguaje aglutinante, al igual que la vida, tuvo una evolución cíclica de infancia, pureza, crecimiento, madurez, dacaimiento y finalmente muerte».
Nos muestra por tanto la Tradición que el lenguaje de flexión es una evolución sobre las lenguas monosilábicas y aglutinantes, porque se desarrollan un número mayor de ideas. Los conceptos se acercan más a los arquetipos. Estos hombres del lenguaje flexivo primero, eran capaces de llevar las propiedades de estos conceptos a las diversas ideas, (palabras) para potenciarlas.
Mientras los seres humanos menos evolucionados aún mantenían lenguajes monosilábicos y aglutinantes, aquellos cuya facultad razonadora se encontraba más despierta, desarrollaron un lenguaje no sólo imitativo, sino mucho más puro, en tanto introdujeron ideas metafísicas, conceptos sobre la naturaleza interior y exterior del hombre y del Universo, que abarcaba todos los planos de la Creación. La verdadera fuerza del lenguaje flexivo se encontraba en su esencia, en el contenido y a la vez en su forma de expresión.
Los hombres más desarrollados de esta época usaban un lenguaje sagrado, como plasmación de los conceptos sagrados a través de la palabra. Este lenguaje era mitológico y divino. Estos hombres eran los seguidores de la Tradición que aquellos Maestros Divinos dejaron a la naciente Humanidad. De estas lenguas flexivas primeras y sagradas, nos encontramos al sánscrito antiguo, el avéstico, el eslavo antiguo, las lenguas griegas primeras, el akadio, y otras muchas procedentes de las migraciones indoeuropeas y semitas. Aquí encontramos una coincidencia entre el lingüista E. Sánchez y Blavatsky: «Este lenguaje procede de las lenguas indoeuropeas y semíticas».
Con el correr del tiempo este lenguaje como ser vivo va decayendo, el lenguaje sagrado se va vulgarizando al masificarse entre el resto de los pueblos que no podían alcanzar a entender los conceptos altamente sagrados y espirituales. Así, en oposición al sánscrito, o lengua sagrada, surgió el páncrito o lengua vulgar. De este modo sucedió con las demás lenguas espirituales.
Así observamos que el lenguaje monosilábico corresponde a la formación del cuerpo del lenguaje, aún sin alma y sin espíritu. En el lenguaje aglutinante ya aparecen las primeras manifestaciones de ideas conexas, y de atributos más allá de lo imitativo. Encarna el alma del lenguaje. En el lenguaje flexivo, los conceptos supremos, el lenguaje mistérico, las ideas divinas y mitológicas, son la expresión del espíritu.
Podemos comprobar que la Tradición no sólo se anticipa a las teorías existentes, sino que, mucho más importante, da respuestas a los interrogantes que aún se mantienen. Aporta una realidad tan evidente, y sobre todo tan distinta, que amplía y corrige los errores existentes en la Historia oficial. Proponemos, pues, seguir la Tradición.
BIBLIOGRAFÍA
—El origen de las lenguas, J.J. Rousseau.
—El nombre de los dioses, E. Sánchez.
—Vía del lenguaje, Steinthal.
—Doctrina Secreta, H.P. Blavatsky.
—Enciclopedia Salvat.
ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE
“En los comienzos del lenguaje, el hecho de poder dar
nombre a las cosas, de poseerlas por medio de la voz,
debió tener para el hombre un encanto maravilloso y en
alguna forma oculto. El mundo comenzó a ser dominado
en virtud de la palabra.
Es revelador que en las viejas historias existan palabras
mágicas que abren puertas, destruyen obstáculos, rinden
voluntades y cuyo secreto no se explica jamás. El prestigio
ancestral de la palabra revive ante las voces extrañas, como
si su particular sonido abriera puertas cerradas en el alma.”
CIRO ALEGRÍA
Sobre el origen...
¿Cuándo surgió el lenguaje? ¿Cuáles fueron las primeras palabras que dijo el hombre? ¿Cuál es la lengua hablada más antigua del mundo? ¿Todas las lenguas se desarrollaron desde una fuente común? ¿Cómo se formaron las primeras palabras? ¿Qué lengua se hablaba en el Paraíso?
Son múltiples los interrogantes sobre el origen del lenguaje y las explicaciones sobre la manera como él surgió. Preguntas que generan inquietud y fascinación, interrogantes que han dado lugar a experimentos y a fuertes controversias cuya historia se remonta 3.500 años atrás.
Durante el siglo XIX, las controversias sobre el origen del lenguaje llegaron a tal punto que en 1866 la Sociedad Lingüística de París se vio obligada a suspender cualquier debate sobre esta cuestión.
Lo cierto es que no poseemos un conocimiento directo sobre los orígenes y el desarrollo inicial del lenguaje. No existe actualmente una hipótesis que pueda considerarse una explicación definitiva sobre el origen del lenguaje humano.
Para algunos investigadores, el lenguaje sería un fenómeno relativamente reciente surgido hace tan solo 30.000 años; para otros, por el contrario, la capacidad simbólica debe retrotraerse hasta 2 o 3 millones de años.
“Desde el punto de vista filogénico y evolutivo, el principal problema es que no existen órganos específicos del lenguaje, de modo que no puede estudiarse cómo han ido evolucionando. Todos los elementos y factores morfológicos y fisiológicos que entran en juego en el lenguaje tienen ya una función biológica distinta: los labios, la lengua, la garganta (incluyendo las cuerdas vocales, que no tienen de suyo función lingüística, sino fonética), los pulmones y el encéfalo. Sabemos que el lenguaje se encuentra vinculado con el encéfalo, es decir, con la corteza cerebral adaptativa. Una lesión en determinadas zonas del encéfalo impide el desarrollo del lenguaje. Pero, aunque hay una vinculación del lenguaje con la corteza adaptativa, la mera existencia de esa corteza no implica la existencia de habla: si el niño no vive en un medio lingüístico, no aprenderá a hablar. Por esto, aunque es cierto que el lenguaje surge en el cerebro humano, por otra parte, el cerebro llega a ser humano, a conformarse de modo humano, precisamente mediante el lenguaje o, en términos más generales, por la cultura y la educación.”
Sobre la adquisición...
“El mundo era tan reciente que muchas cosas
carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo”
G. García Márquez, Cien años de soledad.
Al igual que el origen, la adquisición del lenguaje es un tema que ha concentrado la atención de todas las culturas. Filósofos, lingüistas y psicólogos, basados en distintas consideraciones y criterios, han formulado teorías que pretenden explicar la ontogenia del lenguaje.
Las primeras teorías filosóficas sobre el lenguaje adoptaron una perspectiva NATURALISTA, es decir, sostenían la existencia de una relación natural entre los objetos y sus nombres. Las palabras serían, en cierto modo, imitaciones de las cosas (teoría sostenida por Pitágoras y por los estoicos).
Otras teorías, dominantes durante muchos siglos, tuvieron un marcado acento EMPIRISTA: el lenguaje surgiría de las imitaciones que las personas llevaban a cabo de los sonidos del ambiente (las voces de los animales, los sonidos provocados por las reacciones instintivas y emocionales, sonidos producidos espontáneamente por las personas como reacción a los estímulos externos, etc.).
Una grave dificultad de estas últimas teorías es la suposición de que ha habido una evolución en el lenguaje humano, desde el lenguaje icónico al dígito. Si fuera así, debería haber unos idiomas más evolucionados que otros. En realidad, no existen idiomas más complejos o difíciles de aprender que otros : un niño tarda el mismo tiempo en aprender cualquiera de los idiomas existentes si se encuentra inmerso en esa comunidad lingüística.
Además, estas teorías tampoco son capaces de explicar la dimensión sintáctica del lenguaje, es decir, la existencia de unas leyes que rigen el uso del lenguaje. Este es el problema más complejo a la hora de abordar el tema del origen del lenguaje.
Por último, está la teoría sostenida por N. Chomsky y por el estructuralismo contemporáneo, teoría de carácter RACIONALISTA. Para esta teoría, existen unos universales lingüísticos innatos y unas estructuras básicas que aparecen de golpe. Chomsky afirma que “la adquisición de la lengua es en gran parte asunto de maduración de una capacidad lingüística innata, maduración que es guiada por factores internos, por una forma de lenguaje innata que se agudiza, diferencia y alcanza una realización específica a través de la experiencia.”
Sinteticemos en tres los argumentos de esta teoría:
1. El niño aprende su lengua nativa con extraordinaria facilidad y rapidez, y emite y comprende, de manera ilimitada, mensajes que nunca antes había escuchado.
2. Existe en el niño, por lo tanto, una “gramática interiorizada”, una estructura profunda que lo habilita para hacer un uso creativo del lenguaje.
3. Esto explica la existencia de unos universales lingüísticos , comunes a todas las lenguas.
Esta teoría ha sido ampliamente discutida. Las críticas filosóficas, psicolingüísticas y estrictamente lingüísticas se han producido en estrecha relación, tanto que en ocasiones es difícil distinguir unas de otras. ¿Con qué puede compararse el aprendizaje del lenguaje para considerarlo fácil y rápido? ¿Es la experiencia lingüística del niño tan pobre y escasa como Chomsky pretende? ¿Realmente la adquisición del lenguaje constituye un modo específico de aprendizaje distinguible de los demás y con requisitos propios? ¿Existen los universales lingüísticos? Pero el asunto capital lo concentra el siguiente interrogante: ¿Se puede confirmar empíricamente el modelo chomskiano de adquisición del lenguaje?
En “los procesos de la Comunicación y del lenguaje”, Niño Rojas (1998 :19 - 22) agrupa en tres las más importantes teorías sobre la adquisición del lenguaje: teorías AMBIENTALISTAS, NATIVISTAS Y COGNITIVISTAS.
1. TEORÍAS AMBIENTALISTAS:
Estas teorías consideran decisivos los factores externos provenientes del entorno y del medio social. Se distinguen dos posiciones: la de los lingüistas (Saussure y el estructuralismo) y la de los psicólogos (Skinner).
Tengamos en cuenta que Saussure consideraba la lengua como la parte social del lenguaje y que, por lo tanto, el niño la iba asimilando poco a poco, como una apropiación de algo procedente del exterior. Skinner, el más notable de los psicólogos conductistas, trató de explicar la adquisición del lenguaje como un mecanismo basado en contingencias de refuerzo que operan sobre el sujeto para propiciar respuestas positivas. Obviamente cabe señalar contra el conductismo que la adquisición del lenguaje no es sólo producto de un mecanismo de estímulo - respuesta.
2. TEORÍAS NATIVISTAS:
O teorías innatistas. Estas teorías dan primacía a los factores internos al sujeto, mentales o biológicos.
Suponen estas teorías que los niños nacen con una capacidad innata de desarrollar el lenguaje (en éstas se inscribiría la teoría racionalista de Chomsky, mencionada anteriormente).
3. TEORÍAS COGNITIVISTAS:
Tanto las teorías ambientalistas como las nativistas le dan una especial primacía al desarrollo lingüístico frente al cognitivo, al lenguaje frente al pensamiento.
Por el contrario, las teorías cognitivistas le otorgan la primacía al desarrollo de lo cognitivo, subordinan el lenguaje al pensamiento. La explicación cognitivista de mayor trascendencia corresponde a la posición de Jean Piaget. Pero también son importantes las teorías de Lev Vygotsky y Jerome Bruner.
Para Piaget, la función simbólica o semiótica está en los orígenes del lenguaje en el niño y se desarrolla previamente al fenómeno lingüístico. Los juegos simbólicos, la imagen gráfica y la imitación diferida son ejemplos donde lo lingüístico pasa a ser parte de una capacidad más amplia, la función simbólica. Según este autor, la inteligencia es anterior al lenguaje, el cual, una vez adquirido, va a servir a lo cognitivo.
Otra tesis típica de Piaget, vinculada con la evolución del lenguaje infantil, es la distinción entre un lenguaje egocéntrico y un lenguaje socializado.
El lenguaje egocéntrico, que cubre el 75% de la producción hasta los tres años, va disminuyendo y tiende a un descenso total después de los siente años, para dar paso al lenguaje socializado.
La actitud egocéntrica supone que el niño hasta el período preoperacional (2 a 7 años) es poco sensible a la función comunicativa del lenguaje, que prescinde de su interlocutor y que más bien habla para sí mismo. Piaget ha señalado tres tipos de utilizaciones egocéntricas: las repeticiones ecolálicas, los monólogos y los monólogos colectivos.
Esta tesis, que Piaget expuso en una de sus primeras obras (El lenguaje y el pensamiento en el niño, 1923), recibió pocos años después una importante crítica por parte de Vygotsky. La posición de Vygotsky es que no tiene sentido distinguir entre un lenguaje egocéntrico y un lenguaje socializado posterior, porque tanto en el niño como en el adulto la función primaria del lenguaje es la comunicación, el contacto social, y en este sentido, las formas más primitivas del lenguaje infantil son también sociales. El discurso egocéntrico aparece cuando el niño transfiere las formas propias del comportamiento social al ámbito de sus funciones psíquicas internas. Así pues, la línea de desarrollo no sería desde el lenguaje individual al social, sino desde el lenguaje social al lenguaje individual.
Vygotsky, además, dio un mayor margen de independencia a la relación lenguaje y pensamiento, ya que, según él, ambos proceden de raíces genéticas diferentes. De esta manera, el lenguaje verbal humano sería el resultado de dos raíces distintas, una natural y otra sociocultural. Vygotsky demostró que el niño en su primera infancia construye en su interacción con el medio físico esquemas representativos, y en su interacción con el medio social, esquemas comunicativos. El lenguaje propiamente dicho resulta de la fusión de estas dos líneas de desarrollo, y en el proceso de interiorización, el lenguaje toma el control de las facultades mentales del hombre para convertirse en pensamiento.
Jerome Bruner, a su vez, considera indisoluble el desarrollo de lo lingüístico y de lo cognitivo. No le otorga importancia a cuál fue primero, puesto que prefiere considerarlos como dos procesos simultáneos, coincidentes.
Para Bruner, es imposible hablar de un desarrollo cognitivo disociado del desarrollo del lenguaje, así como tampoco es posible disociar el lenguaje de la influencia que sobre él ejerce el medio.
Sin lugar a dudas, podemos concluir que la adquisición del lenguaje involucra diversos factores. Las destrezas de imitación, un mecanismo general de aprendizaje y los aspectos cognitivos desempeñan un papel determinante en el curso de esta adquisición. Estudios de psicolingüística y de psicología evolutiva realizados en las dos últimas décadas demuestran que la adquisición del lenguaje no sólo requiere bases cognitivas sino sobre todo situaciones comunicativas. Naturalmente, quedan abiertos muchos interrogantes sobre un tema que aún continúa siendo objeto de investigación.
ESTADIOS DE DESARROLLO, SEGÚN PIAGET |
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ESTADIO | EDAD | CARACTERISTICAS |
Inteligencia | 0 - 2 | Conductas reflejas. Conceptos de permanencia del |
Sensomotriz |
| objeto. Manipulación de objetos. Egocentrismo. |
|
| Noción de tiempo y espacio. Surgimiento de la |
|
| función simbólica. |
Pre-operaciones | 2 - 7 | Surgimiento del pensamiento conceptual y del |
|
| lenguaje. Influjo de percepciones inmediatas y de la |
|
| intuición. Lenguaje egocéntrico y gradual evolución hacia la socialización. Avance en la solución de problemas. |
Operaciones | 7 - 11 | Actividades mentales con apoyos concretos. |
Concretas |
| Manifestaciones de categorías conceptuales y |
|
| jerárquicas, seriación. Progreso en la socialización. |
Operaciones | 11 - 15 | Actividades mentales con abstracción e hipótesis. |
Formales |
| Lógica combinatoria. Solución de problemas a través |
|
| del racionamiento proposicional. |
Ejercicios
COMPRENSIÓN DE LECTURA
"Todos nos hemos preguntado alguna vez: ¿Cuáles fueron las primeras palabras que dijo el hombre? Las respuestas a esta adivinanza son tan variadas como las filosofías y los temperamentos. Aunque los lingüistas discuten todavía esta opinión, casi todos creen que las primeras expresiones orales de nuestra especie estaban más cerca del grito que del discurso. Si el hombre comenzó con el lenguaje, el lenguaje comenzó con una interjección.
Esta exclamación original, ¿fue de asombro, terror, deseo, alegría? Cualquiera que haya sido su índole, con ella el hombre descubrió algo no menos decisivo que el sexo, el trabajo, la muerte: un interlocutor. La primera exclamación fue un reconocimiento: el hombre habló porque a su lado había otro hombre; empezó a ser hombre por ese reconocimiento del hombre que lo oía y que, al oírlo, lo comprendió y le respondió. el hombre empezó a ser hombre por ese reconocimiento del otro... Nos fundó una exclamación, pero una exclamación compartida."
Octavio Paz
1. La explicación sobre el origen del lenguaje ofrecida por el texto podría enmascararse dentro de una teoría de tipo:
A. psicológico D. filosófico
B. religioso E. ético
C. social
2. En la lectura, ÍNDOLE puede sustituirse por:
A. calidad D. carácter
B. intención E. propósito
C. voluntad
3. El texto afirma que:
A. Las filosofías y los temperamentos son como las adivinanzas.
B. Las primeras manifestaciones orales fueron interrogaciones.
C. El hombre habló porque se sintió solo
D. Un interlocutor es menos importante que el sexo.
E. Una exclamación compartida nos inició como hombres.
4. La lectura anterior nos permite concluir que:
A. Realmente la especie humana es la única con capacidad de comunicación.
B. Se puede precisar el período de la historia en el cual se produjo la primera comunicación oral.
C. No existe una teoría que se pueda considerar como la única explicación científica sobre el origen del lenguaje.
D. Los lingüistas se enfrascan en discusiones improcedentes.
E. Las primeras exclamaciones del hombre fueron producidas por sus contactos con la naturaleza.
COMPLETACIÓN
Escribe en el espacio una palabra que complete el sentido lógico de la frase:
1.Eran tres hermanos, pero ________________ se parecía al otro.
2. Más parece un _____________ de navidad que una historia real.
3. Su fama se _________________ a comienzos de siglo.
4. Toda ___________ implica la existencia de partidos políticos.
5. Existen serios _____________ para inquietarse por la situación actual.
6. El orgullo se halla en el ______________ de todos los grandes errores.
7. Leer sin __________________ es como comer sin digerir.
8. La finalidad de la _____________ es dar a cada quien lo que se merece.
9. La verdad nos hace libres; aunque a veces nos convertimos en sus _______________.
10. Negamos muchas cosas, porque nuestra razón nos hace creer que son _________________.
CONESA, Francisco y NUBIOLA, Jaime. Filosofía del lenguaje. Barcelona : Harder, 1999.
CHOMSKY, Noam. “El lenguaje y la mente” en : Los fundamentos de la gramática
transformacional. Antología preparada por Heles Contreras. México : Siglo XXI,
1971.
HIERRO S. PESCADOR, José. Principios de filosofía del lenguaje. Madrid : Alianza, 1980.
NIÑO ROJAS, Víctor Miguel. Los procesos de la comunicación y del lenguaje. Santa Fe de
Bogotá : Ecoe, 1998.
http://huitoto.udea.edu.co/LenguaMaterna/Documentos/UNIDAD%202.doc
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